sábado, 20 de marzo de 2010

tarea sobre el sistema (EBSCO)

texto seleccionado El psicoanálisis y el introducción ai texto saber acerca de la subjetividad de Emma GuillerminaRuiz Martín del Campo*

Estos autores incian planteando que al alejarse de los métodos tradicionales de la medicina e introducir la escucha de sus pacientes aquejadas de síntomas histéricos para la comprensión de sus padecimientos, Freud realizó una ruptura episteniológica que implicó la introducción de lo subjetivo en el campo del saber. Él mismo anticipó el valor que la indagación acerca del inconsciente tendría como ' herraiTiienta al servicio de las ciencias sociales. Aquí se plantean cuestiones como la relación del conocirniento que se califica de científico con la irracionalidad y con lo inagotable de nuestra ignorancia. Se muestra, a través de dos ejemplos, el potencial que significa en la búsqueda de saber el compromiso del investigador con todo lo que él es en su trabajo, o sea, la utilización de su subjetividad como herramienta de investigación. Palabras clave: Ruptura epistemológica, subjetividad, inconsciente, saber, ignorancia. ^ Departamento de Estudios en Educación, Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad de Guadalajara, México.


importancia que la subjetividad del
investigador tiene en toda investigación,
sobre todo en él campo de
las ciencias sociales.
Rastreando las primeras indagaciones
sistemáticas que se hicieron
acerca de la subjetividad, se llega
a la ruptura epistemológica a la
que Freud dio lugar. A través de
su trabajó con sus pacientes puso
de manifiesto la importancia del
inconsciente y la cultura en la gesta
de las subjetividades. Fue tomando
distancia de métodos empiristas de
la medicina, que no lograban esclarecer
ni aliviar fenómenos como los
síntomas histéricos, y descubrió
herramientas facilitadoras de la
comprensión de la subjetividad.
En el trabajo sé alude también al
quehacer de otros estudiosos de las
ciencias sociales, entre ellos Marcel
Mauss y Lévi-Strauss, a fin de confirmar
la importancia de enfocar los
problemas sociales desde diversas
perspectivas buscando comprenderlos
más integralmente.
Espiral, Estudios sobre Estado y Sociedad Voi. XVI No. 46 o Septiembre / Diciembre de 2009
Emma Guillermina Ruiz Martín del Campo
Por último, partiendo de dos ejemplos de praxis profesional:
uno en el campo del psicoanálisis y otro en el del
etnopsicoanálisis, se busca ilustrar cómo el trabajo con
la propia subjetividad puede ser aplicado en disciplinas
diversas y con metodologías diferenciales.
Mi actividad con niños de una casa-hogar me permitió
experimentar vivencialmente el ir y venir entre acercamiento
afectivo y retirada crítica buscando la comprensión
de los sujetos y su padecer. Constaté cómo la subjetividad
del investigador puede ser, ya no un estorbo —como lo
consideraban ciertas expectativas positivistas— sino una
herramienta que, a manera de radar, puede ser un indicador
de importancia acerca de lo que está ocurriendo en el sujeto
al que no sólo observamos, investigamos, sino al que en este
caso acompañamos en un proceso psicoterapéutico.
Se presenta también una viñeta del trabajo de campo que
la etnopsicóloga suiza Maya Nadig realizó con mujeres en el
Valle del Mezquital. El ejemplo alude a lo ocurrido en una
celebración de las mujeres viejas del pueblo, en la que la
investigadora fue invitada a participar. Nadig da cuenta
de la manera como el acercamiento que se produjo en un
ambiente informal, de apertura, de celebración, le permitió
descubrir aspectos de la vida social de estas mujeres que no
se habían expresado de manera tan clara en la interacción
cotidiana con ellas.
En el texto se conjuntan la mirada histórica, los posicionamientos
teóricos y la experiencia en el trabajo, a fin de
hacer más vivida la cuestión de la implicación del investigador
en la investigación y las posibles formas de vérselas
con ella para ponerla al servicio de su tarea.
El psicoanálisis como un nuevo enfoque de investigación
I El psicoanálisis surgió como una ruptura con los métodos
empiristas de observación, auscultación, diagnóstico
El psicoanálisis y el saber acerca de la subjetividad
y tratamiento de la medicina del siglo XIX, que tenían la
pretensión de alcanzar, también en el campo de la psicoterapia,
un conocimiento objetivo. Freud vino a traernos la
noticia de que todo saber pasa por la subjetividad. Genera
conocimiento un sujeto atravesado por el lenguaje e inmerso
en inmensas lagunas de no saber.
En la interacción con sus pacientes fue volviéndose para
Freud más y más central la cuestión del inconsciente.
Sus histéricas no sólo hablaban de sus síntomas, también
narraban sus vidas, le compartían sus sueños, producían
actos fallidos, se mostraban en su vulnerabilidad y exponían
ante él su vida afectiva y sus intimidades. Todo ello
daba cuenta de que ellas poseían "un saber que no se sabe",
tenían manifestaciones subjetivas que excedían los límites
de su registro consciente.
El terapéutico era, por cierto, el ambiente ideal para la
emergencia de lo inconsciente, dado que contaba con la legitimación
social que justificaba el diálogo de los pacientes con
el médico con la mayor libertad posible: se trataba de buscar
una cura para síntomas molestos, álgidos, displacenteros.
La revolución epistemológica de Freud lo llevó a dar
cuenta de que el investigador afecta al objeto de su investigación,
y eso ocurrió en medio de una lucha por desprenderse
de las concepciones de ciencia y de saber válido vigentes en
su época. En "Estudios sobre la histeria" escribe el gestor
del saber psicoanalítico:
No siempre he sido exclusivamente psicoterapeuta. Por el contrario,
he practicado al principio, como otros neurólogos, el diagnóstico local
y las reacciones eléctricas, y a mí mismo me causa singular impresión
el comprobar que mis historiales clínicos carecen, por decirlo así, del
severo sello científico, y presentan más bien un aspecto literario. Pero
me consuelo pensando que este resultado depende por completo
de la naturaleza del objeto y no de mis preferencias personales. El
diagnóstico local y las reacciones eléctricas carecen de toda eficacia
Teoría y DEBATE g No. 46
Emníia Guillermina Ruiz Martín del Cannpo
en la histeria, mientras que una detallada exposición de los procesos
psíquicos, tal y como estamos habituados a hallarlas en la literatura, me
permite llegar por medio de contadas fórmulas psicológicas, a cierto
conocimiento del origen de una histeria. Tales historiales clínicos [...]
presentan [...] la ventaja de descubrirnos la íntima relación dada entre
la historia de la enferma y los síntomas en los cuales se exterioriza...
(Freud, 1895: 124). ,
A ese respecto afirma Erdheim: "El carácter novelesco de
los historiales clínicos deriva de que son un producto lleno
de arte, que despierta un cúmulo de asociaciones en el
lector y lo pone, de esta manera, en contacto con su propio
inconsciente" (Erdheim, 2003: 7).
Freud crearía una serie de conceptos y esquemas a fin de
exphcar la consistencia del aparato psíquico y la forma de funcionar
de los sujetos, aunque sin sistematizar directamente
la cuestión de la suhjetividad. Desarrollaría a lo largo de su
trahajo dos diferentes tópicas tendientes a explicar la vida
anímica: en la primera tópica postularía la existencia de los
sistemas consciente, preconsciente e inconsciente y en la
segunda la del Ello, Yo y Superyó. En todo caso, las explicaciones
de Freud presentaban al inconsciente (en diferentes
fases del desarrollo de sus postulados) como una cualidad
de lo psíquico y/o una instancia de la psique contenedora
de un reservorio de energía y de huellas de memoria que
había que explorar a través de manifestaciones subjetivas
como los sueños, los actos fallidos, los lapsus linguae, los
chistes.
La gesta de las concepciones teóricas freudianas, tanto
como las formas de operar que se iban esclareciendo como
adecuadas para acceder a lo inconsciente, se eslabonaron
directamente con el tratamiento de sus pacientes. Freud
destacó que ciertos comportamientos que definía como
"transferencias", eran:
El psicoanálisis y el saber acerca de la subjetividad
[...] reediciones, reformulaciones de impulsos y fantasías que durante el
avance del análisis han de despertarse y ser hechas conscientes y que
son una expresión de una tendencia, típica de la especie, a sustituir a
una persona con la que se tuvo una experiencia anterior por la persona
del médico. Para decirlo de otra forma: toda una serie de vivencias psíquicas
tempranas se reescenifican, experimentándose no como ligadas
al pasado, sino como resultantes de la relación actual con la persona
del médico (Freud, 1905: 180).
Freud, empujado por alguna de sus pacientes que le instó
a dejarla hablar sin que él le diera orientaciones o sugerencias
previas, instrumentó el método de la asociación
libre, del hablar siguiendo las ocurrencias espontáneas,
lo que generaba cadenas de enunciados que daban cuenta
de fantasías inconscierites. Como contraparte, el analista
escucharía con la llamada "atención flotante", consistente
en un dejarse llevar por el discurso de los pacientes sin enfocar
de manera consciente un tema por encima de los otros,
sirviéndose como guía para interpretar, de su intuición, de
su sensibilidad, de su propio inconsciente.
Freud estableció las trazas fundamentales que marcan
el papel de lo simbólico, de lo interaccional y del lenguaje
en el desciframiento del deseo y los móviles inconscientes
del sujeto.
Lacan, por su parte, pondría el acento en formulaciones
más directamente relacionadas con el sujeto. Ya el joven
Lacan daba cuenta de cómo los saberes con pretensión de
científicos dejaban fuera al sujeto. A partir de una relectura
de Freud, articularía la cuestión de la subjetivación
con la adquisición del lenguaje y la inserción en un orden
cultural y haría énfasis en el papel de los significantes como
elementos claves, portadores de lo inconsciente, aludiendo
a lo simbólico. Bien conocida es su aseveración en cuanto a
que "el inconsciente está estructurado como un lenguaje".
Un Lacan más tardío postularía el registro del real y el
Teoría y DEBATE g No. 46
Emma Guillermina Ruiz Martín del Campo
impacto del goce. En 1973 enfatizaría que el inconsciente
no consiste en que el ser piense, sino en que hablando goce,
sin importarle saber nada más de eso. Esto llevaría la cuestión
del inconsciente al campo del encuentro entre sujetos,
inmersos en lo cultural y en el no saber.
Como especie nos vemos confrontados con el predominio
de lo irracional en nuestras yidas, lo que se hace patente
en cuanto que como seres singulares estamos sujetos al
Otro cultural en cuyo seno nacemos y que nos marca, nos
interpela, habla a través de nosotros. Constatamos día con
día la inmensidad de la ignorancia frente a la minucia del
saber, la subsistencia del caos, el azar, el riesgo, al lado
de la predictibilidad. Nuestra vida de sujetos vulnerables,
fragmentarios, en permanente cambio, nos obliga a tolerar
el vivir sin saber, y aún así seguimos a la búsqueda del
conocimiento posible, del acercamiento a verdades que
coadyuven a dar sentido a nuestra existencia, así sean éstas
parciales y provisorias.
El saber sobre la subjetividad, sobre el sujeto, es un saber
que va más allá de la racionalidad, que desemboca en lo
inexpresable, lo desconocido, pero vivenciable, registrable,
movilizante de nuestras vidas y ligado al goce, ese concepto
clave en Lacan.
Somos sujetos oscilantes entre la urgencia de la carne y
el continente del lenguaje, entre la sensación y la palabra,
entre el caos creativo o destructivo y las tramas de sentido
con las que nos ayudamos a seguir viviendo. Vamos de lo
ignoto a lo simbólico, de la imaginación a la apertura vitalizante
o letal, y en ese ir y venir entre los diversos anclajes
de nuestro ser, investigamos, gestamos explicaciones que
calificamos de científicas acerca de nuestras formas de vida
y nuestro ser.

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